9/5/2005
De los mensajes que recibí por mi columna de la semana pasada, tres de ellos llamaron mi atención. En el primero, don Gustavo Fernández consideró que mi postura abiertamente crítica contra la corrupción generalizada, en sus múltiples formas, se acercaba a una especie de nihilismo nietzscheano que no deja piedra sobre piedra. La crítica racional, en una dictadura, sea en nombre del orden o de la justicia, es artículo penal. En una democracia es sinónimo de libertad y transparencia y supone, en cualquier caso, la preservación de valores tales como la defensa del estado de derecho y la responsabilidad individual y social. Nada más alejado de la desesperación irracional de Niestzche, tan de moda en épocas de crisis. No veo por qué motivo, sólo por salvar las apariencias, la crítica debe pensarse restringida cuando el fantasma de la decadencia nacional se materializa todos los días.
En el segundo mensaje, don José Luis Amador protestó por mi afirmación de lo inmoral que representa el "reclamo de un salario mensual de nuestra incapaz e ineficiente burocracia pública..." Y precisó: "Paso mi día de trabajo muy ocupado, por eso reclamo mi salario y no tengo tiempo para leer lugares comunes y declaraciones tan generales y simplonas como el botón de la muestra". Curiosamente, a propósito de "lugares comunes y declaraciones tan generales y simplonas", don Jorge Ortega, quien también me escribió, me señaló que "mi punto de vista fue muy preciso". Cuestión de gustos, me imagino. A don José Luis le respondí que el pasar ocupado en el sector público no era, necesariamente, sinónimo de eficiencia y eficacia. En cualquier caso, con relación al sector público, uno siempre podrá inquirir por aquello que Shrek, en su segunda película, precisó brillantemente: ¿trabajando duro o durando en el trabajo?
Y en el tercero, don Carlos Enrique Ramírez, escribió: "Creo que debe ser mas estricto con la élite empresarial gobernante, y no arremeterla tanto con la clase trabajadora que ha sido la aguantadora del desequilibrio político y económico del país. Los que tiene la papa en la mano son los responsables directos. Hacia ellos cabe reclamarle y exigirle cuentas, no simples lamentos y quejas. Que pase un buen día" Le comenté que si bien estaba de acuerdo con que tales élites tienen su cuota de responsabilidad, eso no podría eximir a tantas otras élites y sectores y le mencioné algunos ejemplos.
Desde distintos ángulos, las tres reacciones comparten un elemento en común: los demás son el problema. De esa manera, la responsabilidad terminó desplazada y, cual pureza divina, la indignidad se alza contra quienes osan señalar el deber de cada quien. La desventaja de esta forma de ver las cosas, su pesado fardo, es que el compromiso no requiere mediciones cósmicas sino cotidianas y basta revisar la edición de cualquier día, de cualquier medio de prensa, para comprobar lo que somos. Veamos un ejemplo: La Nación del viernes 6 de mayo.
A un exministro de transportes se le ocurrió licitar el alquiler de un nuevo edificio, pero ese mismo exministro nunca tuvo freno alguno para criticar el gasto público. Por su parte, el propietario del inmueble, como reacción a la decisión del actual ministro de suspender la relación inmobiliria, por falta de recursos, se dirigió a la Sala Constitucional para reclamar sus derechos, en este caso, su negocio, más allá de las posibilidades reales del erario público, que le importaron un carajo. Eso sí, seguramente, con el monto del alquiler que recibirá, comprará su auto de lujo y se unirá a las quejas de quienes critican el estado actual de nuestras carreteras.
Después de tres años, el mejor argumento para justificar el por qué no se ha aplicado un nuevo manual de finanzas públicas es que es difícil de aplicar. Después de largísimo tiempo, la Caja y el Instituto Costarricense contra el Cáncer no tienen mejor resultado que firmar una carta de intenciones, previa intervención de la Presidencia de la República y pacientes de por medio. El Banco de Costa Rica, debido a los recursos presentados ante la Sala Constitucional, tuvo que suspender la medida de prohibir el uso de celulares dentro de sus oficinas, pero su mejor idea ha sido poner a un vigilante al lado de quien decida usar su teléfono (esperemos que el plan de emergencia, cuando quienes hablan supere cierto número, no sea poner a los cajeros al lado de cada quien).
Un diputado se puso en huelga porque le cambiaron la curul y el resto no tuvo más reacción, ante los discursos de sus pares, que el jolgorio. Como dejar de mencionar, a propósito de primeros de mayos, lo de aquello de diputados atentos a un partido de fútbol en medio de discursos solemnes. Una diputada, esposa de un tradicional dirigente político, que defiende a un expresidente acusado por cargos asociados a corrupción, no tuvo mejor argumento para justificarlo que un "principio de moralidad religiosa" y otro diputado, en un artículo de opinión, no dudó en argumentar que el propósito del tlc con Estados Unidos, fue, entre otros, el de favorecer "a los dueños de capital transnacional, de las patentes, de marcas de fábrica", aunque no supo decir quién va a generar nuevo empleo o no haya argumento suficiente para insistir en el tema de la propiedad intelectual para oponerse al tratado
Siete locales comerciales fueron clausurados por la Municipalidad de San José, pues en ellos funcionaban ilegalmente máquinas tragamonedas. La Alcaldesa de Montes de Oca contratará más personal porque los talleres no reparan, en un día, daños menores de los camiones recolectores. Una persona no tuvo menor empacho en un drenaje ilegal de humedales en prejuicio de la vida silvestre; su castigo: una ridícula multa de 107 mil colones. Otra persona, responsable legal de matar a otra, recibió una sentencia risible de 14 años. Una policía de la Municipalidad de San José quiso mantener su nivel de vida cobrando un pago ilegal al propietario de un hotel, a cambio de "ayuda" para reabrirlo. La Dirección General de Aduanas allanó las instalaciones de un importador de autos por uso de facturas falsas con valores menores al monto real, dejando de pagar impuestos por 8 millones. El Presidente de la Cámara Costarricense Automotriz se opone a la prohibición de importar vehículos de modelos antiguos, aunque la defensa del ambiente pase a ser, exclusivamente, un bien de difunto. Y una empresa dedicada a ventas por internet, después de 15 días, no pudo entregar la compra a un consumidor en línea y sólo pudo ofrecer devolver el dinero.
Y ya que la educación nunca puede faltar, algunas escuelas, por falta de recursos, se vieron obligadas a ofrecer agua pura a sus escolares, en vez de agua de azúcar, aunque el premio a la solución del año se lo llevan algunos centros educativos cartagineses que decidieron alimentar a unos estudiantes una semana; a otros la siguiente y así sucesivamente.
El silencio cómplice, la incapacidad, la decisión y el acto corrupto o la justificación para todo, o mejor dicho, para nada, son el pan diario de nuestra continua decadencia. Basta leer, de cabo a rabo, los diarios nacionales. Algunas y algunos aún creerán como cierta la sentencia de Heráclito: "Cuanto más grande la caída, más glorioso el destino". Lástima que, como lo evidenció el maestro Popper, después de todo, en esta cuestión, la filosofía de Heráclito no constituya más que la expresión de un sentimiento de andar a la deriva, es decir, tal cual es nuestra realidad actual: un naufragio.